
Caminha Do Santo Antâo
Hoy visitamos la denominada de recorriendo el norte del país y descubriendo esos lugares que nos arrancan un suspiro y ponen en duda nuestro deseo de partir.
Cómo llegar
Ingresando desde a través del puente que enlaza con , transitamos la carretera N-13 pasando por pueblitos como , Lanhelas y Seixas y junto con las aguas del Minho llegamos a , un fascinante rincón de agua y luz.
es un tranquilo puerto fluvial, rodeado de agua por donde dirigimos la mirada. Un encantador conjunto en una lengua de tierra justo en la desembocadura de los ríos Minho y Coura, frente a la antigua fortaleza española de Santa Tecla, motivo de activa intervención en la histórica defensa de contra el norte de .
Playas Fluviales

Caminha - Ancora
Las playas fluviales que regala en su trayecto el Minho, facilitan la práctica de todo tipo de deportes náuticos, además del placer de holgazanear en las orillas de conocidos lugares como: Seixas, Lanhelas o Foz do Minho.
En Foz do Minho se presenta a la vista una tentadora invitación que bien vale la pena aceptar. Los pescadores locales están siempre dispuestos a trasladar a los visitantes a la isla que se encuentra justo en frente y que guarda los restos bien conservados del Fuerte Insúa..

Caminha - Playa de Moledo
El río Âncora nace en San Lorenço da Montaria y desemboca en , aquí la playa tiene un paisaje de dunas a sus espaldas y el paseo de Âncora que nos brinda una increíble postal. Grandes comodidades, valles y colinas, cosmopolita, con un centro de pesca comercial e industrial , es una aldea para quedarse.

Caminha - Playa
En el mar
En la costa del mar comenzamos por la Playa de Moledo, urbana, con amplias zonas de dunas y mucha vegetación, desde aquí se obtiene una buena vista del Monte Tecla y la isla donde está el Fuerte Insúa.
Playa do Camarido, Playa de Insúa o Playa de Gelfa, son lugares para recorrer, gozar y enamorarse de ellos por contar con verdaderos remansos de tranquilidad y paz.

Caminha - Foz do Minho
En este entretenido paseo por recorriendo sus playas fluviales y marítimas, entre gaviotas, casitas blancas, exuberante y variada vegetación y ese cielo siempre azul, anhelamos quedarnos un poco más para embriagarnos de la frescura de sus playas y colinas.
Do Santo Antâo mucho se parece a una fuente inagotable de placer y sonrisa alegre, como alegre nos parece el mar que baña las costas de .
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