Coimbra- Figueira da Foz:
Estamos otra vez en y nos abandonamos al placentero embrujo del río Mondego como guía para desplazarnos por su contorno orgulloso, límpido y cordial hacia las costas del Atlántico, 40 kilómetros más adelante llegamos a la cosmopolita localidad de .
Aquí nos sale al encuentro una ciudad típicamente balnearia con muchos kilómetros de arena y sol, distante a escasos 120 kilómetros de y 180 de .
tiene una larga playa y las mejores olas para los amantes del surf. Tiene también todos los atractivos para ofrecernos una temporada de vacaciones tranquilas, reposadas y agradables.
comenzó a hacerse popular en el siglo XIX, con la inauguración del “Theatro Circo Saraiva de Carvalho” y la construcción de hermosas residencias “art nouveau” en el Barrio Novo. El famoso Theatro se transformó en Casino y es el lugar que atrae a miles de visitas, tiene club nocturno propio donde regularmente se hacen muestras de todo tipo.
El transcurso del tiempo dejó sus huellas en , prueba de ello son el Palacio Sotto Mayor y sus románticos jardines, la Terraza Silva Guimaraes como muestra del modernismo portugués y las tardes de triunfo del Coliseo Figueirense.
Pero uno de los mayores encantos de sin dudas es su playa. Los bares construidos en madera lustrada en las grandes extensiones de arena son una marca registrada de la costa atlántica que también se encuentran aquí. Este inmenso arenal también conocido como “Praia da Claridade” ya era requerido por la clase aristocrática del siglo XIX.
Esta es únicamente la playa que ocupa la zona urbana, pero las playas que se extienden a todo lo largo de las costas del municipio, conforman una extensa lista.
El típico paseo peatonal de , tiene una atmósfera netamente marina repleta de tiendas y restaurantes.
tiene noches animadas, pero si queremos serenidad también es fácil hallarla. Largos arenales bañados por el mar, tradiciones, cultura, deportes y naturaleza, puede ser el resumen de nuestro recorrido por el río Mondego.
y el río Mondego en la es sólo una parte de la aventura fascinante que podemos emprender por las costas que el litoral Atlántico tiene en . Un completo ramillete de experiencias y emociones que sólo podemos entender recorriendo sus playas.