Los Guia Playas de Portugal, son injustamente postergados frente a los más conocidos de España o del resto de Europa. Sin embargo vale la pena recorrer las costas portuguesas y desentrañar sus valores escondidos en pueblos tranquilos y paisajes embriagadores.

, en la Región Norte, es una ciudad llena de colores. Tiene una gran Ría, una de las más importantes del país, que prácticamente surca la ciudad de punta a punta. Las costas de Aveiro tienen extenso arenales con playas protegidas por dunas y pinares.

Aveiro es también conocida como “La Venecia de Portugal” por los canales que atraviesan el centro de la ciudad. La Ría de Aveiro recorre el interior por más de  11 kilómetros, es el resultado de la retirada del Océano Atlántico que  creó  una de los accidentes fluviales más hermosos de la costa atlántica.

Desde Aveiro hasta se extienden playas de todo tipo. Pero no hay que dejar Aveiro sin antes dar  un paseo a bordo del típico “Moliceiro”, barcos que recorren los canales desde hace siglos. El barrio “Beira Mar” es la zona más antigua de la ciudad, lleno de viejas casas entre callejuelas y canales.

Otra zona interesante de es Costa Nova con sus casitas de madera pintadas en franjas de diversos colores. Aunque en otras zonas de la ciudad son los azulejos los que predominan en las construcciones y en ellos prácticamente se puede leer la historia de la ciudad.

Vas a observar muchas bicicletas por casi toda la ciudad, es  un medio de transporte muy usado,  por eso  hay 20 aparcamientos situados en puntos estratégicos, incluyendo las terminales de autobuses y ferrocarriles.

Las playas de Costa Nova y Da Barra son las atracciones más grandes de la zona, también la Playa de San Jacinto en plena reserva natural de las dunas San Jacinto. Más al sur está a la Playa de Palheirâo donde es común la práctica de parapente.

Pero si te gusta la diversión y la noche, elije para terminar el recorrido  la animada vida  nocturna de

En la Región Norte

Descendiendo por el contorno cimbreante que dibuja la costa de luego de la ingresamos a una zona en la que hará falta mucho tiempo si queremos recorrer, al menos algunas de sus playas y ciudades.

En la denominada encontramos extensas playas cubiertas de arena blanca y fina,  protegidas por dunas y pinares, algunas casi desiertas, se mezclan con peculiares villas de pescadores.

Sobre Aveiro

es la ciudad con mayor cantidad de canales navegables del país y la que se halla más al norte de la  .  En la antigüedad era un gran puerto marítimo, mantiene intacta su belleza en la  inmensa laguna que une al río con el mar, conocido como la Ría.

Aquí no hay que perderse el entretenido paseo que propone la ciudad, repleta de monumentos, locales de interés y paisajes que representan el espíritu típico de . Siguiendo el Canal San Roque se vive un ambiente predominantemente verde, que  muestra de una lado la Ría que distingue a la ciudad y del otro el emblemático Barrio Beira Mar.

Entre el Canal San Roque y Cais da Fonte Nova se extiende un enorme muestrario de arquitectura Art Nouveau con  llamativos  azulejos antiguos  que cubren los edificios.

Las Playas

Junto a la costa   se convierte en una sucesión interminable de playas. Desde hasta Praia da Barra donde se va dibujando  una larga zona de arena, mar azul y condiciones optimas para veranear y practicar deportes. Para los amantes del nudismo- naturismo hallarán aquí playas donde se practica el nudismo tolerado como es el caso de Playa Sâo Jacinto y Playa Costa Nova.

es la playa más simbólica de esta parte de la región. Una villa de calles adoquinadas, terrazas, hoteles y casino. No hay que dejar de dar un paseo por la avenida que va de a Buarcos. En cualquier estación del año que visite , resulta una buena inversión todo el tiempo que emplees en recorrerla.

Entre  Praia da Barra y , se asientan numerosos municipios, donde hay  otras tantas playas que vale la pena recorrer.

Explorar la Ría de es una experiencia enriquecedora, entre  sus canales y lagunas se descubre la enorme amplitud de sus aguas.  47 kilómetros de canales muestran lo más bello de la ciudad de . Al dejar atrás  esa fiesta de luz y color de casas y embarcaciones casi unidas, se ingresa a un horizonte interminable, es un paisaje sereno y pleno de naturaleza viva.

Cuando se visita hay que abandonarse al dulce embrujo de la colorida ciudad de , de su pintoresca Ría salpicada de barquitos cargados de sargazos, de las dunas, de la belleza que guarda la Reserva Natural de San Jacinto, del azul límpido de su laguna, del mar y de sus