El río Duero, recorre gran parte de la frontera entre y en el punto donde descarga sus aguas al mar, se encuentra la ciudad de . Las vertientes del Duero, desde hasta la desembocadura, recorren canales profundos, por grandes alturas y pronunciados desniveles, entre curvas cerradas y rocas sobresalientes, originando una sucesión interminable de rápidos y saltos que lo hacen intrépido e indomable.
Aprovechando esa impetuosidad se construyeron varias obras hidroeléctricas, los embalses que se formaron como consecuencia de ello dieron origen a grandes espejos de aguas tranquilas, ideales para la recreación, las actividades deportivas y la pesca.
El río Duero es protagonista indiscutible en esta zona de . Sus aguas son las que dividen en dos a , una ciudad que cuelga romántica a orillas del río, desafiando el escarpado relieve. En este tramo del río, acerca ambas orillas del Duero por medio de fabulosos puentes, dos de ellos son para el tránsito ferroviario y los restantes, para vehículos automotores. Estás faraónicas construcciones son un verdadero emblema de la ciudad, algunas son centenarias, otras más recientes.
El , una de las construcciones más espectaculares que cruzan el Duero diseñado por G. Eiffel, el mismo de la , une de manera simultánea mediante originales tableros superpuestos, los barrios alto y bajo de cada orilla. Sobre el flanco izquierdo del puente se puede observar el activo mercado de Ribeira, el barrio más caracterizado de la antigua Oporto, aquí se desarrolla gran parte de la vida nocturna de la ciudad. Desde Ribeira, cruzando el puente se accede a dentro de sus dominios se encuentran las más renombradas bodegas que producen el famoso y es el lugar elegido por el Atlántico para bañar más de 18 kilómetros de continuas playas.
En este trayecto del contorno azul cristalino de la denominada de , el litoral atlántico se muestra generoso con las superficies aptas para disfrutar de sus playas. Un importante número de banderas azules distinguen a las playas del sector, provistas de una riqueza natural única y reconocidas propiedades terapéuticas.
Un largo camino peatonal une la , desde Foz do Douro hasta S. Félix da Marinha, recorriendo la orilla en un paseo sano y distendido donde hay muchísimo por descubrir y describir.
Recorrer el río Duero y los dominios de es ir al encuentro de sorpresas, de una y de las más espléndidas playas de . Un incontable número de playas nos aguardan en y sus alrededores, con calma y serenidad habremos de recorrerlas una a una.
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